La hermosa joven besó al sapo que en ese instante se convirtió en príncipe y vivieron felices para siempre.
¡Espera! ¡Espera!
Es como todos esos videos en Internet en los que se ven a personas logrando cosas maravillosas, sin caerse y sin cometer errores.
Eso da una idea errónea y falsas expectativas.
Parece fácil, pero no lo es.
En tu historia, la muchacha de seguro antes besó a muchos batracios que no cambiaron y siguieron siendo sapos.
Y para mí es importante saber de todos esos cientos de casos en que besó a los sapos y no se transformaron, y le quedó en la boca el sabor a pantano.
O que sí cambiaron, pero resultaron ranas y en realidad eran princesas.
Y también las sorpresas y decepciones que se llevó con los que resultaron personas comunes, aunque pertenecieran a la realeza, y los muchos que se creían reyes.
Me interesan los golpes y caídas, las fallas, los besos mal dados. El cómo fue aprendiendo de sus errores.
Quiero saber cómo llegó a reconocer las ranas de los sapos, y otros tipos de batracios.
Cómo logró ver el verdadero color debajo de la piel hasta hallar al «príncipe azul», aunque no fuera realmente un príncipe.
Y distinguir entre las verdades y las mentiras de su croar.
Conocerlos por el olor, su temperamento y su humor.
Y también identificar a los lenguas largas. A los que hablan y hablan y nunca escuchan.
O diferenciar a los que aunque tengan apariencia humana seguían siendo reptiles aún con ostentosos y caros ropajes y vestiduras.
Todas las experiencias que vivió hasta saber cuáles cosas son importantes para encontrar el verdadero amor.
Por favor cuéntame los muchos casos de fracasos e intentos fallidos anteriores.
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