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  • Sirenas de noche

    Las sirenas al llegar la noche se van quitando la peluca, las almohadillas para aumentar el busto, el traje ajustado con cola de pescado que oculta sus piernas. A continuación se despintan y limpian el maquillaje que cubre su cara.  Finalmente apagan el aparato reproductor de música y se duermen completamente mudas; sin rastro alguno de lo que no son. 

  • Gran danés en adopción

    Nadie lo quiere adoptar. Especialmente cuando comienza a imaginar cosas y a recitar eso de «Ser o no ser». 

  • El único

    El único que sí podía ver el nuevo traje del emperador era el espejo. 

  • Sentimientos encontrados

    Tengo sentimientos encontrados.  ¡Mejor no los hubiera encontrado! 

  • Alicia no se decide

    Alicia no se decide. No sabe si salir del espejo  o simplemente despertar. 

  • Los Bellos Durmientes

    El caballero vence al dragón, sube la alta torre y besa a la Bella Durmiente. Ella abre un poco los ojos, refunfuña, hace un mohin diciendo «¡Un ratito más!» y se vuelve a dormir.  El joven, cansado, la ve, sonríe y se acuesta junto a ella.  Soñaron felices para siempre. 

  • Un derecho, un revés

    Un derecho, un revés. Un derecho, un revés. Un derecho dos revéses.  Los tejidos le quedan maravillosos, pero siempre le quedan descuadrados los palíndromos. 

  • Indeciso frente a la hoja en blanco

    Está indeciso frente a la hoja en blanco.  El problema no es que no se le ocurra ninguna historia, sino que la hoja en blanco tiene todas las posibles historias y una hoja escrita sólo tiene una. 

  • Problema argumental

    Dios tiene un Problema argumental:  Cuando sea el fin del mundo y lleguen los jinetes del apocalípsis, ¿qué va a hacer con todos esos que andan «Viviendo felices para siempre»? 

  • Vivieron felices para siempre gracias a…

    Vivieron felices para siempre gracias al botón de Pausa de la Máquina del Tiempo.