Camino al Castillo

Camino al Castillo para enfrentar al dragón y besar a la princesa para despertarla, el joven vivió miles de aventuras. 
Camino al Castillo subió a la montaña de la perspectiva y miró toda su vida desde otro punto de vista. 
Camino al Castillo platicó con el hombre de un millón de años de quien aprendió a perder y encontrar el tiempo. 
Camino al Castillo escuchó el susurro del viento de las buenas noticias que alegran los días y la tormenta de las malas noticias que entristecen las noches. 
Camino al Castillo bebió agua del río del inmutable cambio y desde entonces cambió de parecer sobre las decisiones determinantes. 
Camino al Castillo entró a las grutas de los recuerdos ajenos y de los olvidos propios. 
Camino al Castillo respiró el aire de las dulces emociones que le estremecieron todos los cabellos. 
Camino al Castillo admiró los colores invisibles pintando su imaginación con tantas maravillas. 
Camino al Castillo comió de la fruta agria del árbol de la sabiduría tonta. 
Camino al Castillo se encontró en sus sueños con Simismo y eso realmente fue un verdadero despertar. 
Camino al Castillo entró a la choza de la anciana Talvez y atisbó en la esfera de cristal de los posibles futuros. 
Camino al Castillo pudo apreciar el verdadero tamaño del milenario árbol de lo importante. 
Camino al Castillo aprendió las enseñanzas del antiguo libro de la buena muerte y del nuevo libro de la buena vida. 
Camino al Castillo se enamoró de una humilde aldeana que le llenó el corazón y la sinrazón. 
Camino al Castillo vivieron felices para siempre; sin recordar a aquella princesa que se quedó dormida para siempre esperando a que la rescataran y la besaran, al final del Camino al Castillo


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