Se sintieron abrumados por la enorme tarea que les aguardaba.
¡Vivir felices para siempre!
¿Cómo lograrlo?
Lo intentaron de muchas maneras. Algunas no funcionaron, otras más o menos.
Al final lo mejor fue dividir el siempre en pedazos más pequeños, en cachitos manejables.
Vivieron felices para siempre poquito a poco, día a día, o mejor: un momento a la vez.
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