Está nervioso.
Desesperado…
Lleva demasiado tiempo sin sentir la euforia, la alegría y la felicidad.
Va de un lado a otro alucinando cosas que no existen, que existían o que existirán.
Se siente ido, desdibujado…
Ya necesita, le urge… otra dosis de esa droga que llamamos vida, concluye el fantasma.
Síndrome de abstinencia
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