Después de no saber qué hacer con mi vida, escuché la noticia de la princesa atrapada en un castillo y resguardada por un dragón.
Así pues me encaminé a la aventura de rescatar a la bella dama venciendo a la horrible bestia.
Después de muchos años, ahora que ya vivimos felices para siempre, yo cuento a quien quisiera escuchar mi gran hazaña: ¡Había salvado a una princesa!
Ella sólo sonríe y nos miramos con amor. Ambos sabemos que el salvado fui yo.
Salvamento
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