A aquella torre del flanco del rey le gustaba convencer a su rey para que enrocara del otro lado y así poder lanzar a los peones en un ataque suicida a la bayoneta contra el rey enemigo que se había enrocado en ese flanco. De esa forma podía luego entrar la dama, los alfiles, caballos y ella misma al desbaratado enroque enemigo.
Ese ataque a veces funcionaba, y algunas veces no. Pero lo que inquietaba a los heroicos peones no era su sacrificio, sino el hecho de que a la torre le gustara escuchar “La cabalgata de las Valquirias» mientras lanzaba el ataque.
Ataque suicida al enroque
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