Aquel peón estaba nervioso.
Miraba con recelo al peón contrario que tenía muy cerca.
Gulp, pensó, si avanzo un paso, me come.
Pero entonces se tranquilizó al recordar que aún no se había movido así que podía optar por avanzar dos casillas.
Pero al recorrer ese par de casillas se sorprendió al ser capturado.
El otro peón sonriente dijo «Al paso».
Nuestro pobre peón se quedó pensativo meditando sobre esa curiosa regla pero sin recuperarse todavia del susto de ser atrapado a mitad de su salto.
Deja una respuesta