Categoría: Muerte

  • Misterio en mi mano

    La adivina ve mi mano y queda intrigada. Va siguiendo las intrincadas líneas y me pide que me quede por unos días.  «Su mano es la novela más interesante que he leído en toda mi vida.» «¡Quiero saber quién es el asesino!».

  • Crossover

    Desde lo alto de la cruz, Jesús ve tan pequeña la tierra y tan grande el cielo. Piensa «Hay más cosas en el cielo y en la tierra, que todas las que puedas soñar». Ya alguien lo escribirá.

  • Experiencia cercana a la muerte

    Tuvo una experiencia cercana a la muerte. Se enamoró de ella.

  • Muero de sueño

    Muero de sueño; así que mejor me despierto.

  • La fecha de mi muerte

    Fui a consultar a la adivina y le pedí que predijera la fecha de mi muerte. Lo último que escuché fue «Ahora».

  • La muerte de las ciudades

    Hay ciudades que mueren lentamente, abandonadas por sus pobladores; poco a poco van llenándose de polvo y de olvido. Por otro lado están las ciudades que mueren velozmente por un golpe mortal que les da algún enorme monstruo mutante venido del mar. Éstas últimas son la envidia de las primeras, que quisieran una muerte rápida…

  • Encuentro en el cielo

    La pareja muere y se encuentran en el cielo. Se miran asombrados, con recelo. Les habían dicho «hasta que la muerte los separe». ¡Y así cómo van a vivir felices para siempre!

  • Sueño húmedo otra vez

    Está empapado.  Soñó nuevamente con ella.  Se remueve inquieto en la cama.  Quisiera dejar de soñar con ella, pero no puede. Es inevitable.  Tiembla.  Se seca el frío sudor tratando de olvidar la terrible experiencia que le dejó soñar otra vez con la muerte. 

  • Romeo y Julieta después de la muerte

    Romeo y Julieta se encuentran después de la muerte. Ahora que finalmente están juntos no pueden ser felices para siempre. Todo es demasiado fácil y lo suyo es la tragedia.

  • Cuento de SantaClaus: ¡Santa Claus no lo sabía!

    ¡SANTA CLAUS NO LO SABÍA! por: Héctor Ugalde (UCH)– ¡No debimos haberlo hecho!    Luis, de ocho años, se restregaba inquieto las manos mientras esperaba la respuesta de su amigo.    Ricardo, dos meses menor, pero diez centímetros mayor, dejó de jugar con el mecano, volteó a ver a su mejor amigo y le contestó:  – ¿Por qué no? …