Gonzalo Ceja y su memorable canción «Caricaturas». Para recordar nuestra niñez de otra época.
https://www.youtube.com/watch?v=l8sg3qQZ0Xo
Letra de la canción:
Yo pertenezco a una generación de finales de los 60s.
Aprendí el rock con Los Beatles
con su disco del Sargento Pimienta.
Me falta el hermano mayor que me cuente de Tlatelolco.
También del Mundial de futbol,
de los hippies y todos sus rollos.
Sí, fui un niño feliz con juguetes, carritos y motos,
pero fue la televisión con sus héroes la que marcó mi desarrollo.
Imprescindible acabar los deberes, sobretodo el de la tarea.
Los quehaceres de la limpieza son trabajos que a todos marea.
Con la tarde cayendo en su sitio estoy listo para la aventura.
Enciendo el poder de la tele, aparecen diversas creaturas.
Animales con toques humanos y colores llenos de ternura.
Momentos que invocan la magia en forma de caricatura.
Fui un observador de incontables travesuras;
esto influyó fuertemente en mi cultura.
Los malos siempre pierden y los buenos se divierten,
al menos esto pasa en los dibujos de la tele.
Inolvidables las tardes de bromas con Don Gato y su Pandilla.
O el Coyote cayendo en la trampa, Correcaminos de pesadillas.
Implacable el paso del tiempo crecimos de esta manera.
Un compañero en la oficina se parece al Señor Rajuela.
No olvidemos señores lo nuestro, mucho menos héroes nacionales.
Un monumento en pleno Reforma se merece Speedy González.
Puedo mirar hoy varios niños disidentes
de la imaginación que alimentó nuestra mente.
Parece similar a adulto y adulterado.
Igual que trabajar hoy se asemeja a ser esclavo.
Perdimos hace mucho esa envoltura de inocencia.
Los monitos de la tele nos hacen tomar consciencia.
Ahora para incrementar las ventas se proclama la violencia.
Destruir es imagen constante y un signo, en los 70s, 60s, 50s, 40s, 90s, 80s…
Cada día nos saltan acciones, sucesos de difícil lectura.
Una guerra constante y sonante que nos llega con todo y factura.
Se ha perdido mi gente en el mar de la crisis y devaluaciones.
Desgastados y azorados esos niños se han vuelto señores.
Es bueno recordar cómo adquirimos nuestros valores
y ejercemos al jugar los juegos que forjan a los hombres.
Volver a caminar acompañados de locura.
Recreando siempre nuestro andar con un alma de caricatura.
Caricaturas.
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