Al principio no creí que el curso fuera efectivo. Ideé trampas e intenté sabotear al maestro. Me negué a hacer los ejercicios y no quería hacer las tareas.
Ni siquiera intenté leer los textos.
Me declaro culpable de todo.
Admito, en fin, que hice hasta lo imposible para sabotear este curso de admisión de culpas.
Curso de admisión
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