Encontraron el cadáver del escritor de novelas de misterio con palabras escritas por todo el cuerpo. 
No sabían si llamar al detective o al editor. 
Finalmente este último dictaminó que el texto era la genial obra póstuma del afamado autor. 
Por otro lado, el investigador privado llegó a la conclusión de que el asesino era la vieja, abandonada y resentida máquina de escribir.