El escritor estaba atorado. No se le ocurría ninguna idea.
De pronto sonríe.
Comienza a escribir y escribir… y escribir…. y así continúa toda la noche.
La madrugada lo encuentra entre cientos de cuartillas.
El escritor está cansado, quiere terminar la historia pero los personajes se empeñan en encontrar complicaciones tras complicaciones y el pobre escritor no puede dejar de escribir porque además…
Cuento de nunca acabar
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