Él sonríe y se recuerda «¡Hoy toca!».
Prepara la cama, las velas, la luz; todos los detalles.
Con mirada pícara y sonrisa seductora, pregunta «¿Nos echamos un polvo?»
Toma la caja y esparce las cenizas con amoroso cuidado.
¡Hoy toca!
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