Lo llevé al taller para que lo revisarán y el diagnóstico no fue muy prometedor.
«Habrá que arreglarle casi todo e invertirle mucho tiempo», me dijeron.
Triste, escuché el veredicto, sin embargo me dije «¡no importa! ¡Voy a salvar lo que se pueda de él!»
Quedó irreconocible, pero el esfuerzo fue satisfactorio. ¡ya estaba yo muy encariñado con ese microcuento!
En el taller
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