Quien de esta manera argumente olvida que el universo tiene sus leyes,
todas ellas extrañas a los contradictorios sueños y deseos de la humanidad,
Yo tampoco diré nada, añadió la mujer,
pero al menos explíquele a su jefe que las astucias no le servirán de nada,
que todos nosotros seguiremos mintiendo cuando digamos la verdad,
que seguiremos diciendo la verdad cuando estemos mintiendo,
como él,
como usted,
José Saramago
Ensayo sobre la lucidez
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