¡Hagamos un bebé!

«¡Hagamos un bebé!» 
Me dice. 
La propuesta me toma desprevenido. 
Después de la sorpresa inicial comienzo a pensar en los problemas y dificultades que esta decisión conlleva y en el gran reto que representa, y al final termino entusiasmándome. 
«¡Está bien! 
¡Coméncemos este interesante proyecto! 
¡Voy por todas las partes necesarias!» 
Le respondo al Doctor Frankestein. 


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